


Nadie tan puntual como Federico García Lorca, advirtiendo que “un niño trajo la blanca sabana” que “el viento se llevó los algodones” que había “en las esquinas grupos de silencio”, cuando en punto “¡Eran las cinco en todos los relojes!”


Vaya uno a saber porque asocie el poema del genial granadino con el llamado que recibí en el teléfono fijo de mi casa, un poco antes, a las dos menos cuarto (13.45). ¿Sería porque también se trataba de una tragedia? Bueno, pero tenga o no tenga que ver, la cuestión es que me llamaron.
La máquina con voz de señorita, me dijo que era una de las personas de General La Madrid que habían incluido en una encuesta. Sabían que vivía en La Madrid y tenían mi número de teléfono, en consecuencia sabían quién era. Lo que no me dijo quien pidió y pagó la encuesta, pero eso es una cuestión de ellos.
Mi cuestión, es que empezaron con una larga serie de preguntas, todas referidas al ambiente político de orden nacional, provincial y municipal. Me daban un nombre y seis o siete opciones, desde muy bueno hasta un desastre, concluyendo con: “no lo conozco”. Miren si me preguntan por Alberto, por Cristina o por Macri, les voy a decir que no se quienes son, con todo lo que me hicieron y me hacen pasar. Lo mismo, cuando me preguntaron por Martín.
Los “algunos minutos” que me pidió esta señorita, al final se hicieron una eternidad y más, cuando empezó a leer el padrón y los futuros miembros de la “renovación”. Me tiró más de diez nombres, entre los que figuraban algunos actuales concejales, otros que suenan para renovar algún alicaído grupo local y otros ignotos y sin participación en alguna entidad intermedia. En todos estos casos las opciones eran seis o siete, honestamente y porque sabían quién era el que respondía, no les pude decir que no los conocía.
Al final, me agradeció la disposición para contestar y cortó. Me quedaron varias dudas. ¿Quién manda hacer una encuesta? ¿Quién la paga? ¿Para qué la hacen? ¿Es este el momento? Y la mayor duda ¿Creen que de esta forma van a encontrar los candidatos para una lista ganadora?
A lo largo de los últimos meses hemos podido dialogar, extensamente, con varios dirigentes locales de distintas agrupaciones políticas y puedo asegurar que coinciden en la necesidad de una renovación total en los cuadros de todos los partidos. Ninguno me dijo ni en la nota, ni en la previa o posteriormente, que trabajo han realizado en los últimos años para capacitar y formar a los dirigentes de la renovación.
Sin pretender usurpar el título a algún notario, puedo dar fe, que la lista de nombres consultados son, en su gran mayoría, gente joven y honorable, con un futuro por delante pero con un trabajo o en una profesión determinada. Que salvo alguna excepción, no están capacitados para gobernar un distrito como el nuestro, que necesita, imperiosamente, generar un cambio para que la gente no tenga que emigrar en busca de futuro o quedarse a ver si la suerte lo ayuda.
Con todos los que hablé, coincidí en lo de renovar, pero con gente preparada y capacitada en las distintas áreas de gobierno. Para ser más claro y llevando el tema hacia lo futbolero, no se puede hacer un equipo con once arqueros u once wines izquierdos. El equipo es un arquero, cuatro en el fondo, tres en el medio y tres arriba o con la táctica y estrategia elegida, pero siempre uno bueno en cada lugar.
Nadie toma el ejemplo de los médicos intendentes. Los últimos cuatro jefes comunales fueron médicos. Excelentes profesionales. A varios de ellos debí recurrir en busca de asistencia profesional y estoy ahora escribiendo porque fueron los que solucionaron mis problemas de salud. Pero ¿estaban preparados para dirigir un Municipio? Me pueden decir que en el ejercicio del cargo fueron adquiriendo experiencia, pero convengamos que no es el camino. Si no ¿a que fueron a la facultad, si no era a capacitarse? Acá es lo mismo.
La Municipalidad necesita buenos médicos para el hospital; ingenieros viales para arreglar caminos, ingenieros civiles para planificar y ejecutar obras civiles; asistentes sociales para socorrer a familias necesitadas; contadores para administrar los fondos públicos y buenos parqueros para que las plazas tengan un césped verde todo el año. No hay uno que reúna todas esas condiciones, entonces el camino es capacitar para cada función y no consultar por “salvadores providenciales y renovadores”.
Tirar nombres y consultar para que el de mejor imagen encabece la lista es, me parece, seguir como siempre y asegurar para General La Madrid que las cosas no cambien.
A lo mejor, es lo que se busca.

