Un 8 de octubre 

Historias 08/10/2021

Un 8 de octubre, pero de 1883,  se dispone librar al uso la estación La Gama, del Ferrocarril del Sud, que unía Plaza Constitución con el Puerto de Bahía Blanca (Ingeniero White), por el ramal La Gama, hoy General La Madrid.

imagen tren con maquina a vapor

El tren a La Gama

El desarrollo social, económico y político del partido de General La Madrid, tiene una íntima relación con la llegada del Ferrocarril del Sud a esta región de la Provincia de Buenos Aires.

Concretada la efectiva ocupación del interior provincial, luego del largo proceso denominado “conquista del desierto”, se inició el parcelamiento y venta de los campos que conforman la región pampeana, con ello la explotación racional de la misma y el nacimiento de nuevos pueblos.

Los acuerdos suscriptos entre el gobierno y la empresa Ferrocarril del Sud permitieron establecer, en la segunda parte del siglo XIX, una red para unir la ciudad de Buenos Aires con el interior provincial.

Esta empresa, conformada con la participación de capitales británicos, se ocupó de construir y gestionar el funcionamiento de una serie de líneas ferroviarias que internándose en el interior pampeano, dieron lugar al nacimiento de nuevos pueblos en torno a las estaciones de la red, trajeron  sus habitantes y transportaron la incipiente producción de la región hacia otros centros poblados o a los puertos desde donde se la enviaba al mundo.

Ferrocarril del Sud 

En el curso del año 1861, el ciudadano ingles Edward Lumb, presentó a la Legislatura bonaerense el proyecto de construcción de  un “camino de hierro” al sur, que uniría Plaza Constitución con el pueblo de Chascomús.

El tema fue objeto de un largo debate porque surgían cuestionamientos  basados en las diferentes condiciones para este proyecto y otras concesiones a empresas ferroviarias que competían. Finalmente, la propuesta de Lumb fue aprobada el 27 de marzo de 1862 y el 27 de mayo del mismo año se procedía a la sanción de la correspondiente ley.

Acordadas las condiciones establecidas para la obra, el correspondiente contrato fue suscripto por el gobierno provincial y el empresario Lumb, el día 12 de junio de 1862.

Ante las dificultades presentadas para la obtención de los fondos necesarios, el concesionario viajo a Londres en busca de capitales y para ello dio participación en el proyecto a la empresa que se creó bajo la denominada Sociedad Ferrocarril del Sud, a la que se sumaron importantes capitalistas británicos. 

Bajo la denominación de: Buenos Aires Great Southern Railway (BAGS), el 24 de diciembre de 1862, fueron aprobados los estatutos de la nueva empresa, designándose gerente general de la misma a Edward Banfield.

Los términos del contrato original fueron nuevamente considerados y mediante ley sancionada el 28 de agosto de 1863, se modificó el trazado originalmente previsto, con el agregado que el tendido de rieles debería llegar a Dolores. 

Bajo la dirección del Ingeniero Thomas Rumball, el 7 de marzo de 1864 se iniciaron los trabajos. Uno de los mayores inconvenientes que debían afrontarse era el cruce del Riachuelo. Mediante una importante obra fue tendido un puente, que debió ser de doble vía para favorecer el tráfico de los trenes de pasajeros y carga, en una zona en la que también estaban los talleres de la empresa.

El tramo de 77 kilómetros entre Plaza Constitución y Jeppener fue inaugurado el 14 de agosto de 1865 y pocos meses más tarde, el 14 de diciembre de 1865,  los restantes 36 kilómetros a Chascomús. 

La línea que se iniciaba en Plaza Constitución en su recorrido hasta Chascomús, comprendía las siguientes estaciones: Barracas (luego Barracas al Sur y Avellaneda), Lomas de Zamora, Glew, San Vicente (Alejandro Korn), Domselar, Ferrari (Coronel Brandsen), Facio (Altamirano) y Gándara.

“Es notable constatar como los servicios de mensajerías que era preexistentes, se articularon en el sur con la línea a Chascomús; se intensificaron y mejoraron las comunicaciones mientras se extendían nuevos tramos ferroviarios. En 1866 había ya muchísimas Empresas de Mensajería, la que más fama tuvo fue “las Mensajerías Generales del Sud” de los señores Moreno y Sevine,  con oficinas en Chascomús y Dolores”. (123) Manuel Torres Cano. Historias  Ferroviarias al Sur del Salado.

La demora en continuar el tendido de línea comprometido hasta Dolores, sumado el proyecto del gobierno provincial de realizar la construcción de nuevas líneas hasta Azul, y el peligro de una expropiación, la empresa resolvió concretar los trabajos de construcción de la línea hasta Dolores y un nuevo ramal desde Altamirano hasta Azul. 

El tramo Chascomús – Dolores, de 90 kilómetros, fue inaugurado el 10 de noviembre de 1874.

El ramal a Azul presentaba, pese a pasar por una extensa planicie, algunos problemas a superar. El más importante era el cruce del rio Salado, barrera natural en las operaciones que se realizaron durante la lucha contra el indio.

La primera parte de la obra, el tramo entre Altamirano y Ranchos, de 24 kilómetros de extensión, fue librado al uso público el 1º marzo de 1871 y los 32 kilómetros que separaban Ranchos de la estación Salado, el 19 de mayo de 1871.

La estación Salado tomaba el nombre del rio así denominado, que en su largo trayecto hacia Samborombon pasa por las cercanías de esta localidad, ahora denominada General Belgrano-

El 1º de julio de 1872, las vías del Ferrocarril del Sud llegaron a Las Flores y el 18 de setiembre de 1876 Azul pasa a ser “punta de riel”.

Partiendo de Plaza Constitución – Jeppener – Altamirano –Ranchos, el nuevo ramal contenía las siguientes estaciones: Ranchos, Villanueva, Bonnement, Salado (General Belgrano), Chas, San Pedro (Newton), Rosas, Las Flores, Colorado (Carlos Tejedor – Dr. D. Harosteguy), Pardo, Cacharí, Parish, Pinedo (Shaw) y Azul.  

El tren hacia el puerto

El directorio de la empresa Ferrocarril del Sud, dispuso que desde Londres viajaran a Buenos Aires dos de sus principales funcionarios: Frank Parish y C.O. Barker, quienes mantuvieron prolongadas reuniones de trabajo junto a miembros del gobierno provincial, encabezado por el titular del Poder Ejecutivo bonaerense, Dardo Rocha.

El 19 de octubre de 1881, acordaron una serie de medidas entre las que se destacaban la realización de una extensión de líneas. Las vías habrían de llegar desde Azul a Bahía Blanca y de Ayacucho a Tandil, fijándose un plazo que no podía exceder el año 1884, para la conclusión de los trabajos. 

La obra fue dividida en dos partes: de Azul por Olavarría a La Gama y desde La Gama a la estación Puerto, en Bahía Blanca.

El tramo Azul – Olavarría, con una extensión de 43 kilómetros, fue inaugurado el 15 de marzo de 1883. La continuidad de los trabajos permitió que el tendido de rieles entre Olavarría y La Gama (actual General La Madrid) se librara al uso el día 8 de octubre de 1883.

La Gama – Bahía Blanca

Sobre esta línea, Juan Carlos Molteni, en un trabajo titulado “Los caminos de fierro, llegan a Tornquist” expresa: “Todas las dificultades en la traza se fueron salvando. En el recorrido entre Azul y Olavarría, y desde esta estación hasta La Gama (hoy, General Lamadrid) donde abundan las pequeñas lagunas y bañados, se construyeron numerosos puentes, con tramos de 5 metros de luz y con un número de tramos variables de 1 a 5. Hasta la estación Arroyo Corto la dirección es sudoeste con muy pocas curvas, algunas de 5.000 metros de radio; desde este punto, dobla bruscamente y toma la dirección sur, hasta Bahía Blanca. En esta región los puentes son casi todos de un solo tramo (6,75 mts.); los rieles alcanzan su punto más alto entre Arroyo Corto y Alfalfa (hoy, Saavedra). Desde aquí baja hacia Tornquist y luego bruscamente, a partir de Napostá. Finalmente numerosas curvas, por los afluentes del arroyo Napostá y las pequeñas lomadas y su entrada en Bahía Blanca y el Puerto. Aquí el F.C.Sud obtuvo una concesión, el 29 de enero de 1883, para construir y explotar un muelle habilitado en 1885. De este modo la empresa quedaba en dominio de un nudo ferro portuario apto para transportar y embarcar con rapidez productos del sudoeste y para desembarcar y redistribuir mercancías venidas de otras regiones. El último tramo entre La Gama a El Puerto (hoy, Ingeniero White) pasando por Tornquist y Bahía Blanca (262,573 Km.) fue habilitado para el transporte de pasajeros y cargas el 7 de mayo de1884.(Juan Carlos Molteni. “Los caminos de fierro llegan a Tornquist”. Historia Ferroviaria I. Asociación Amigos y Amigas del Instituto y Archivo Histórico  Municipal de Morón.

El 24 de abril de 1884, en horas de la noche partieron dos trenes rumbo a Bahía Blanca, uno lo hizo desde Plaza Constitución y el otro desde La Plata. En ellos viajaban funcionarios de la empresa de los Ferrocarriles del Sud, funcionarios nacionales e invitados y en el otro autoridades provinciales encabezados por el Gobernador Dardo Rocha.

En el transcurso del viaje, ambos trenes se unirían, llegando a La Gama, en las primeras horas del día siguiente. La comitiva fue objeto de un agasajo, el que tuvo por escenario el “galpón de máquinas” de la estación local, especialmente engalanado para recibir a los ilustres visitantes. 

En los días previos habían llegado a La Gama un grupo de personas vinculadas a servicios gastronómicos de Buenos Aires, al mando a los concesionarios del restaurant y confitería de Plaza Constitución, los que tuvieron a cargo la atención del contingente mencionado. Concluido el ágape, el tren siguió su viaje a Bahía Blanca, a donde arribó en la tarde del jueves 25 de  abril de 1884.

Una síntesis de la llegada del ferrocarril  al puerto bahiense la ofreció el diario  “La Nueva Provincia” en su edición del 26 de abril de 1884:

“En 1883 recién comenzó, de manera simultánea en Azul y Bahía Blanca, el trazado ferroviario definitivo entre ambas localidades, con final del recorrido en la estación El Puerto, unos metros antes del muelle curvo que, en 1885, sería habilitado como el Puerto de los Ingleses.

Los trabajos se realizaron a un buen ritmo, favorecidos por la planicie bonaerense, que exigía un terraplenamiento mínimo y unas pocas obras complementarias.

El 17 de enero de 1884, los trabajadores se encontraron en el kilómetro 597, a pocos metros de la estación Saavedra. A partir de allí, se aceleraron los preparativos para poner en funcionamiento el servicio, planteado, en principio, para los últimos días de marzo.

Sin embargo, un hecho fortuito vino a impedir esa idea: El 27 de marzo, se registraron lluvias en la zona serrana, generando el desborde del río Sauce Grande y del arroyo Napostá. Las correntadas fueron tan fuertes que destruyeron varios terraplenes y provocaron el corrimiento de tramos de vía.

En Bahía Blanca, se generó la inundación más grande de su historia, alcanzando el agua hasta un metro de alto, en las calles céntricas. Hubo que esperar una semana, hasta que la bajante permitió a las cuadrillas proceder a las reparaciones.

El 17 de abril, una última inspección del departamento de Ingenieros determinó que todo estaba en condiciones.

Pocos días después, el gobernador Dardo Rocha estableció que la inauguración oficial sería el 26 de abril. Bahía Blanca se preparaba para una jornada trascendente, cerrando de manera anticipada el siglo XIX.

La llegada del ferrocarril era el signo más trascendente en una historia plagada de sufrimientos, privaciones y olvidos.

Sin embargo, desde la Comisión Municipal, presidida por José Villanueva, se informó que las finanzas no permitirían realizar una gran celebración. No obstante, a pocos días de la fecha, los comercios, hombres de campo y vecinos aportaron lo suyo, para dar al acontecimiento un marco adecuado.

Desde el Juzgado de Paz, se alentó a los vecinos a arreglar las veredas de sus casas, aunque más no fuera colocando ladrillos en las mismas, de manera de generar, se señaló, "un aspecto de población culta".

El otro pedido fue que se blanquearan los edificios, dando, incluso, instrucciones técnicas de cómo realizar esa tarea.

"¡Qué preciosa vista presentará esta población con la mayor parte de sus casas blanqueadas de improviso!", alentó un periódico de la época, agregando, además, la importancia de engalanar frentes y calles con "colgaduras, cenefas, banderas, guirnaldas y mil adornos".

"Compuestas las veredas y blanqueadas las casas, podemos estar seguros del éxito de los preparativos", se apuntó.

Los mismos se centraron, además, en la ornamentación de calle San Martín, por donde caminarían Rocha y su comitiva. Allí, se colocaron banderas, gallardetes y faroles chinescos, mientras que en cada bocacalle se ubicaron arcos del triunfo, con leyendas alusivas al acontecimiento.

"Alsina ahuyentando al salvaje, Rocha inaugurando el ferrocarril, la Nación balizando el puerto, aseguran el porvenir de Bahía Blanca" y "El silbato de la locomotora es el emblema del progreso", fueron algunos de esos escritos.

Apenas 56 años antes, el coronel Estomba había llegado a la ciudad, ingresando por la zona del actual Parque de Mayo, hasta detenerse, junto con el agrimensor Narciso Parchappe, en el lugar elegido para levantar el fuerte.

El 25 de abril de 1884, por el mismo lugar, los bahienses que desbordaban la estación Sud vieron llegar aquella formación, tirada por una máquina a vapor engalanada con las banderas de Argentina e Inglaterra y el escudo nacional.

Se trataba del primero de los dos convoyes que habían partido el día anterior, desde Constitución, uno, al que se sumó un segundo, transportando al gobernador de la Provincia.

Eran las 6 de la tarde del jueves 25 de abril cuando, por primera vez, un tren pisó el camino de hierro en suelo bahiense. Las bandas musicales comenzaron a improvisar los sones de distintas marchas, mientras las autoridades se alineaban en el borde del andén.

Fue entonces, para desazón y desaliento de todos, que el tren siguió de largo, camino a la última estación del recorrido, El Puerto (rebautizada como Ingeniero White en 1899).

Una hora después, llegó el segundo tren, repitiendo esa historia. Los maquinistas tenían precisas órdenes del jefe de movimientos de la empresa: no detener su marcha hasta el último punto del recorrido.

Minutos después, Rocha enviaba un telegrama desde el puerto, dirigido al presidente de la Comisión Municipal, pidiendo disculpas por lo sucedido. Pocos minutos más tarde, enviaba un tren para recoger a las autoridades y principales vecinos, a fin de que tomaran parte de la comida organizada para esa misma noche en los galpones vecinos a la estación, elegantemente adornados para la ocasión.

En ese lugar tuvo lugar, entonces, la cena, aquel día 25, y también el considerado almuerzo inaugural, al mediodía siguiente, 26 de abril de 1884”

imagen estacion de ferrocarril

 

 

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