Un 18 de marzo

Historias 18/03/2022

Un 18 de marzo, pero de 1876, las fuerzas militares al mando de los Coroneles Salvador Maldonado y Nicolás Levalle, derrotaron a las fuerzas indígenas de la región, que  movilizaban miles de lanzas, en inmediaciones de la Laguna de Parahuil.

El 12 de octubre de 1874 cuando contaba, apenas, 37 años, asumió la Presidencia de la Nación Nicolás Avellaneda, quien se constituyó en el primer presidente civil. 

Como Ministro de Guerra y Marina designó al Dr. Adolfo Alsina,  quien instruyó al Jefe de la Frontera Sud y Costa Sud, Nicolás Levalle, establecer un acuerdo con el Cacique Juan José Catriel, para trasladar la tribu del mencionado jefe indígena desde las cercanías de Azul, hacia campos ubicados entre las lagunas de Blanca Grande y Parahuil.

Concretado el acuerdo se inició la mensura de los campos de entregar a cada indio de Catriel, pero el jefe  de la tribu desconoció el pacto e inició una serie de hostigamientos y malones en toda la región originando numerosos encuentros y batallas.

Con el apoyo de Calfucurá, que había heredado la jefatura de la tribu tras la muerte de su padre Calfucurá (piedra azul) el 4 de junio de 1873, Renquecurá y hasta el propio  Pincen, Catriel organizó las invasiones por las Horquetas del Sauce.

Entre los últimos meses de 1875 y marzo de 1876, hubo constantes y cruentos ataques, que concluyeron el 18 de marzo de 1876, en la Laguna de Parahuil,  en medio de una densa niebla. Las condiciones climáticas hicieron que la lucha fuera desordenada y dentro  de una total confusión. Por espacio de varias horas pelearon cuerpo a cuerpo y la suerte del combate se definió cuando el Coronel Maldonado rompió las líneas enemigas y forzó la huida de los lanceros indígenas.

En su obra “La Conquista del Desierto”, sobre el combate de Parahuil dice el Coronel Juan Carlos Walter: “Rechazados los salvajes en todo el frente se retiraron prontamente al desierto, poniendo buena distancia entre las tropas nacionales y sus toldos”…”esta derrota marcó para Namuncurá el principio de su ocaso, porque ella fue precursora de otras mayores que sufriría, en las que poco a poco iría perdiendo su fama, poder y chusma (familia de los salvajes). Ocurría que a su frente el gobierno disponía de mayores medios, jefes experimentados y capaces en la lucha contra el salvaje por sobre todo con un gran valor y tenacidad que era el mejor incentivo para ir tras el bárbaro, que a sangre y fuego destruía los pueblos y cautivaba familias. Repuestas las fuerzas nacionales de esta dura prueba a que la sometió el salvaje, pronto se reanudaron los preparativos para el interrumpido avance de la frontera”   

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El monolito

En el curso del año 1938, el Museo Histórico de Luján rindió homenaje a quienes protagonizaron el Combate de Paragüil, erigiendo un monolito en el que figura una placa con el siguiente texto: “Homenaje a los caídos en defensa de la civilización. En este campo, próximo a la Laguna de Paragüil, fuerzas nacionales al mando del Coronel Levalle derrotaron, el 6 de marzo de 1876, a la tribu del Cacique Juan José Catriel. Fue esta una de las últimas batallas que se libraron contra el aborigen. Monumento erigido por la dirección del Museo Histórico de la Provincia (Luján).  A. D.

MCMXXXVIII”. La fecha consignada no es la correcta, pues el combate fue librado el día 18 de marzo de 1876.

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Paragüil, lugar histórico.

Unos meses antes de cumplirse el primer centenario del combate de Paragüil, la Municipalidad de General La Madrid inició gestiones para lograr que los campos escenarios de la batalla fueran reconocidos como “Lugar Histórico”.  

A tal efecto el Concejo Deliberante, en sesión ordinaria del 18 de diciembre de 1975, sancionó la Ordenanza 282, por la que se solicita este reconocimiento.

Las tramitaciones fueron realizadas en el Expediente del Ministerio de Educa- ción 2631 – 029932 del 23 de febrero de 1976. Los hechos políticos sucedidos pocos días después postergaron los actos administrativos respectivos. Con fecha 1 de julio de 1976 el entonces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, General Ibérico Manuel Saint Jean sancionó el Decreto 2714, el que en su parte resolutiva expresa: Artículo 1°. Declárase Lugar Histórico a la Laguna de Paragüil, sita en las parcelas rurales números 1106 y 1107 de la Circunscripción XI del Partido de General La Madrid, por haber sido teatro de la Acción de Laguna Paragüil, llevada a cabo el 18 de marzo de 1876. Artículo 2°. El presente Decreto será refrendado por los señores Ministros Secretarios en los Departamentos de Gobierno y Educación. Artículo 3°. De forma

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Los actos del Centenario

Los actos conmemorativos del Centenario del Combate de Paragüil, no pudieron ser realizados en coincidencia con la fecha correspondiente, porque la situación política del país así lo imponía. Los mismos se concretaron entre el viernes 24 y el domingo 26 de setiembre de 1976. El viernes 24, en el salón de actos del Colegio Nacional, el Coronel Juan Carlos Walter ofreció una conferencia sobre el tema “La Batalla de Paragüil y la Conquista del Desierto”. El sábado 25, en dependencias del Palacio Municipal se ofreció una recepción a las autoridades provinciales y municipales y por último, el domingo 26, en horas de la mañana, frente al monolito ubicado en el escenario de los hechos ocurridos en 1876, se cumplió la ceremonia central.

La misma fue presidida, en representación del Gobernador bonaerense, por el Ministro Asuntos Agrarios, Ingeniero Jorge José Girado, siendo acompañado en la oportunidad por los Intendentes Municipales de General La Madrid y Laprida, señores Miguel Angel Olivero y Alejandro Servat y el Jefe del Regimiento Caballería C. 2. “Lanceros General Paz” con asiento en la ciudad de Olavarría, Teniente Coronel Ignacio Verdura.

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Especialmente invitado participó de esta ceremonia el Jefe de Asesoría Histórica de Geodesia, señor José María Prado, quien al referirse al acontecimiento conmemorado expresó: 

“Todos los pueblos creados a la vera, y al abrigo, de la última línea de frontera sobre la pampa, celebran en este año de 1976, el Centenario del Avance de Alsina, y la definitiva conquista del desierto bonaerense.

La comunidad de la ciudad y partido de General La Madrid, aún cuando no surgió sobre la histórica Zanja de Alsina, nació al amparo y protección de esa línea de frontera sobre la pampa.

Por eso es que la Intendencia Municipal de General La Madrid, ha querido materializar su homenaje, aquí, junto a la laguna de Paragüil, donde el 18 de marzo de 1876, se dio la gran batalla decisiva, que acabaría con el poderío de la Confederación Araucana en las pampas de Buenos Aires, y con el flagelo, la muerte y la destrucción, de los pacíficos pobladores de nuestra campaña.

La gloria de esta acción libertadora, que deja expedito el camino, para que la divisiones Sud y Costa Sud, puedan avanzar sobre Carhué, el baluarte de Calfucurá y después de su hijo Namuncurá, corresponde al heroísmo desplegado por dos grandes y distinguidos jefes de nuestro ejercito, los coroneles Nicolás Levalle y Salvador Mal-donado, los fundadores después de Carhué y de Puan, que se habían batido con arrojo en la guerra de la Triple Alianza, con el tirano Lopez de Paraguay.

Pero nunca se podrá hablar de la ocupación de Italó, Trenque Lauquen, Guaminí, Carhué y Puan, sin mencionar al doctor Adolfo Alsina, aquel ilustre estadista y caudillo autonomista, gobernador de Buenos Aires, y Ministro de Guerra y Marina del gran Nicolás Avellaneda, que como el General Manuel Belgrano, vistió el uniforme para defender la patria, sin asociar su nombre y su vigorosa personalidad a la Campaña del Desierto.

El doctor Adolfo Alsina se encontraba en estos campos de Paragüil, vigilando las operaciones cuando tuvo lugar la acción en este retazo de pampa, entonces inhóspita y traicionera, por los feroces salvajes que surgían como luz mala del lado del oes- te y detrás de los médanos, donde estaban agazapados.

Y que grande debió ser la desazón, del conquistador de las Pampas de Buenos Aires, cuando pese a la victoria obtenida debió presenciar, con pena y con amargura, como los jefes y soldados de las divisiones Sud y Costa Sud, tenía que regresar a pié al Fuerte General Lavalle, en el hoy deslinde de General La Madrid con Olavarría.

Además de las vidas humanas, se había perdido toda la caballada, tanto la activa como la de reserva. Una gran victoria y un gran revés para el inmediato avance sobre Carhué. Pero para los grandes males, siempre habrá grandes remedios, que son los que necesita el país en el momento presente.         

Fue el gobierno de la Provincia de Buenos Aires, presidido por Carlos Casares, quien presentó un urgente proyecto de ley a la Legislatura, por la cual se destinaban tres millones de pesos fuertes, para la adquisición de caballos, que serían donados al gobierno nacional, empobrecido entonces por la reciente guerra del Paraguay, y otras luchas internas, que condujeron a la definitiva organización nacional, para reponer la pérdida sufrida, en la acción de Laguna Paragüil. En quince días se adquirieron cuatro mil quinientos caballos que se pusieron a disposición del Ministerio de Guerra. Por eso el doctor Alsina, dispuso desde el Fuerte General Lavalle, el avance sobre Carhué, el 14 de abril, con las divisiones combinadas Sud y Costa Sud. Para destacar señores, la importancia de la acción desarrollada en estos campos llenos de historia, el 18 de marzo de 1876, contra las fuerzas indígenas asociadas y dirigidas por los Caciques Namuncurá, Catriel, Pincen y Baigorrita, podríamos definirla así: que la batalla que se esperaba en Carhué, se dio aquí en Paragüil.

En estos contornos de la Laguna Paragüil, hoy entregados al trabajo fecundo de la labranza y de la hacienda, a la vida agraria de la provincia de Buenos Aires, se libró la batalla que permitió la fijación de la “última línea de fronteras sobre la pampa” y afianzó la definitiva conquista del desierto bonaerense. Quedó sellada la suerte de la “Zanja de las 100 leguas”.

El origen y eficacia de esa zanja, con cinco comandancia y 109 fortines, para que se hizo y para que sirvió debe ser explicada a los alumnos en las escuelas primarias,  y con ello, reivindicar la figura de su autor, el doctor Adolfo Alsina, el que adelantó una frontera interior contra la barbarie, que no retrocedió mas en la historia de la guerra de frontera contra el indio. Entre 1876 y 79 y desde los fuertes de Guaminí, Carhué y Puan, salieron las expediciones de nuestro ejército a rastrillar la pampa central hasta el Colorado, mellando las lanzas de Namuncurá, para luego, en la segunda etapa, ocupar el Rio Negro y la Patagonia y llevar la frontera natural e histórica de la República hasta las cumbres de los Andes.

Muerto Alsina, como consecuencia de la enfermedad adquirida durante dos años en campaña, esa gloria que debió ser de él le tocó a otro gran soldado de la patria, que fue el General Roca. Cuando este sale de Carhué, en 1879, para ir al Río Negro, termina su mensaje a las tropas: “Gloria eterna a mi ilustre antecesor, el doctor Alsina”.

Para esta segunda etapa ya quedaban fundados los pueblos y divididas las tierras conquistadas, al amparo de la nueva línea de Alsina. También, de las seis mil lanzas de la Confederación Araucana, que tenían en 1875, le quedaban menos de tres mil. La expedición al desierto, concebida y preparada por el doctor Adolfo Alsina, no fue una expedición mas. Fue el fruto de un plan científicamente estudiado, ha sido un plan de conquista del desierto y un plan simultáneo de colonización de las tierras rescatadas a los amos de la pampa. Tampoco fue un plan para establecer una línea de fortines y mantenerse a la defensiva, protegiendo las tierras conquistadas. No pretendía quedar en el medio de la pampa. Quería el gran visionario, establecer una línea con puntos fijos de apoyo, desde los cuales con la colonización y las poblaciones a retaguardia, operar inmediatamente hacia el otro desierto que quedaba al oeste y sud oeste. 

Esa topografía que nosotros estamos viendo en torno a la Laguna Paragüil era totalmente desconocida y no existían cartas topográficas que dieran seguridad, para ir desde Bolívar y Olavarría, directamente al río Negro. He aquí la sabia previsión y la prudencia del estratega del desierto, que inspirado en los mismos principios y sentimientos del gobierno del Presidente Avellaneda, habían coincidido patrióticamente, que aún cuando fuera “ahorrando sobre el hambre y la sed” debía resolverse de una vez por todas el problema del indio.

Por este Partido de General La Madrid cruzó el primer telégrafo militar creado por el doctor Alsina, para unir la casa de gobierno, con todos los fuertes y comandancias de la nueva línea, Nada en esta expedición quedó librado al azar.

Señores: estamos rememorando un hecho histórico de singular importancia, el Centenario de la Batalla que se dio en estos campos que bordean la Laguna de Paragüil, en el Partido de General La Madrid y que irremisiblemente, debió abarcar parte de Laprida. 

El número de fortines, unos muy próximos de los otros, que existieron en La Madrid, hacen pensar que todo el distrito, fue un Gran Campamento, en que como lo refieren las Memorias de Guerra, se estuvo en permanente lucha y en constante alerta, de la indiada en los años 74, 75 y 76. Bien está pues, señor Ministro, señor Intendente Municipal, que el gobierno de la provincia haya declarado Lugar Histórico al contorno de Laguna Paragüil y a esta aguada de que se sirvieron huincas y salvajes, para saciar la sed de hombres y bestias.

El homenaje que pueblo y gobierno de la provincia tributan hoy aquí, sobre la tierra movediza de las rastrilladas de hace cien años, tiene como destinatario a los sol- dados anónimos de la guerra de frontera y de cuantos dejaron sus osamentas sobre la alfombra verde de la pampa, a merced de buitres y caranchos, que era el cementerio de los pobres en esta pampa infinita. 

Que cuantos transiten por este camino, entre La Madrid y Laprida, se detengan un momento frente a este monolito evocador de la Batalla de Paragüil y piensen en aquellos héroes que no solo hicieron la patria grande e independiente en Suipacha, Maipú y Chacabuco, sino también aquí, en el desierto bonaerense, sin más abrigo ni defensa que la desnuda torre y el inmenso poncho del cielo. 

Por eso ante la cruz de la fe, que presidió esta misa de campaña, sobre Laguna Paragüil, evoquemos la memoria de aquellos héroes del desierto, que lucharon y murieron en aras de la segunda independencia de la Patria”.  

Fuente: “Paraguil, el combate final”. Pedro E. Guillardoy. Décimo Congreso de Historia de los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires. Coronel Suarez. 9 y 10 de junio de 2005. 

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