


Paulatinamente en General La Madrid se van aplicando las medidas dispuestas desde el gobierno nacional, provincial y hasta del mismo Comité de Emergencia local, aunque resulta fácil apreciar que falta mucho para que este pueblo vuelva a parecerse al de hace un año, si es que alguna vez se logra.


Por citar un ejemplo, el principal puesto de control de acceso al pueblo se lo ha trasladado y los obstáculos colocados, estratégicamente, en distintas calles de ingreso a la localidad, están siendo retirados.
Varios fueron los factores que determinaron estas medidas, las resoluciones de “los de arriba”, la evolución lógica de la gente de acá, que ya está llegando a los nueve meses de disciplinado aislamiento, el criterio medido de algunos y la presión constante de los que creen que ya está.
Esos son algunos de los fundamentos de esta realidad en la que vemos que sin prisa pero sin pausa los “positivos” siguen sumando y si creemos que la opinión de las mayorías son las que hay que aceptar, dejando de lado lo que dicen los que saben, creo vamos por mal camino.
Pese a todo, seguimos siendo la “excepción” en la región y los números son elocuentes e inapelables, si el camino elegido era el mejor, no tenemos que alejarnos demasiado, porque después es tarde.
En la mañana de ayer, viernes, alguien me dijo que la situación “no es ni tan, tan ni muy, muy”, no le contesté porque no tenía respuesta, solo disponía de un concepto emparentado con la razón, si esto sirve, para que cambiar.
Pero bueno, yo no sufro lo que padece mucha gente y trato de comprender, aunque al mismo carro de los “necesitados” suban otros a los que podría evitar.
Dicen que en el ADN de los pueblos ribereños está el vivir ganándole espacio al rio, acá parece que el ejemplo ha “pegado” y se le está ganando lugar a la calle. ¿Quién autoriza esas medidas?, yo creía que era “resorte” de los que legislan, con la misma autoridad que dan sentido a la circulación de las calles, prohíben estacionar en determinados lugares, etc., etc.
A lo mejor estoy equivocado y en ese caso pido perdón, pero me parece que no. Salvo que en un estado de emergencia, pierde vigencia lo establecido y vale todo.
Ahora pregunto ¿se puede?, en caso afirmativo ¿se puede para todos? Porque en ese caso, todos los que no les alcanza el lugar que tienen para sus actividades pueden salir a la calle. Mecánicos, gomeros, pizzeros, costureras, quinieleros y todos los “eros” que quieran.
Y otra duda. Los que se quejaban de los carritos que habían tomado la plaza y hacían asados, choripanes y papas fritas ¿Cómo no se quejan? ¿no es lo mismo? O resulta que por la pandemia, lo que antes estaba mal ahora es argumento para protestar.
Todos estábamos de acuerdo en el “paseo de comidas” en la Avenida Alem, ¿Por qué no le agregamos de cerveza? Y todos contentos, sin molestar a nadie.
Los años hacen que uno vea las cosas desde una perspectiva propia de la edad. Acepto que puedo estar equivocado, pero lo que no dudo es que trato de ser coherente.
Hasta mañana.

