Engañado

Hoy x Hoy04/03/2021Pedro GuillardoyPedro Guillardoy

Cualquier argentino que ha llegado a cierta edad tiene la obligación de saber, porque lo ha sufrido en carne propia, que toda promesa que provenga de un político debe ser tomada con las precauciones que el caso exige.

No puede ser que cuando uno, como la señora de Arjona, ya tiene cuatro décadas o más, no este prevenido y resulte engañado porque cree que lo que comenzaron lo van a concluir de la mejor manera.

A mí me pasó y “quiero servir de advertencia” porque si no experimentarán la misma sensación que hoy siento y me hace parecer a Lucia Galán, la de Los Pimpinelas. “Me engañaron, me mintieron”…”Al fin yo he sido en su vida, un estúpido más”.

Quienes con cierta frecuencia siguen estas columnas, recordarán mi preocupación por el estado  lamentable que quedó la calesita de la Plaza de las Américas, luego del tornado del año pasado. Hace algunas semanas, cuando Juanjo pintó el cartel en la esquina de Alem y Matheu, la calesita totalmente abandonada, no quedaba bien y resolvieron comenzar con la reparación.

Yo sentí que “había ganado una batalla”, me dije ¡ahora sí!, saqué una fotos y las publicamos. Un colega y amigo también creyó que era momento de borrón y cuenta nueva. No, craso error.

Le pusieron el techo, que parece lo tenían guardado, hicieron creer que la estaban arreglando y como vinieron se fueron.

Es sabido que tengo por ella un cariño especial. Me ordenaron comprar una calesita, Salí a buscarla y después de mucho andar la encontré donde menos lo pensaba y era de alguien vinculado a La Madrid, por estrechos lazos familiares. La compraron, hubo que traerla, armarla y cuando estaba funcionando, vino el desalojo y otro traslado. Me acuerdo de Ohaco, de Jorge que consiguió banderas de todos los países americanos y tantas otras cosas, para llegar a esta realidad.

Lo mío es puramente emocional, pero han jugado con la ilusión de los chicos que habitualmente concurrían y eran sus “usuarios”.

A esta altura de la vida yo debí saber que cuando solucionar algo es tarea de un político, hay que armarse de paciencia y esperar a que lleguen “los tiempos” de ellos, pero estos ni siquiera en año impar, y elecciones, mueven el amperímetro.

Creí que la calesita volvía a funcionar y confié. Como decía don Jorge LB: “cometí el peor de los pecados”, creí en los políticos y a la vista está el resultado.

Hoy que he recurrido a Arjona, a “Los Pimpi..”, a Borges, permítanme cerrar con don Ata “Si he pasao las que he pasao, quiero servir de advertencia. El rodar no será ciencia, pero tampoco es pecao”.  Desconfíen de los políticos, pero nunca de la política, es otra cosa que, precisamente, los políticos no entienden.

 

 

 

 

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