Arsénico en el agua de 16 municipios bonaerenses

Provinciales07/11/2025

Hay 16 municipios en la provincia de Buenos Aires en los que el agua tiene niveles demasiado elevados de arsénico que la hacen peligrosa para el consumo humano, según un relevamiento del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), que viene monitoreando hace 14 años la presencia de ese elemento cancerígeno en el agua. 

En 12 partidos del interior bonaerense y cuatro del Gran Buenos Aires, la concentración de arsénico supera el máximo permitido por la ley, que es de 50 partes por billón (ppb), lo que representa un riesgo para la salud pública.

CANILLA-AGUA

El ITBA determinó que en Guaminí, por ejemplo, el nivel de arsénico es casi seis veces superior al máximo, con 295 ppb, mientras que en otros como Nueve de Julio y el Partido de la Costa la concentración es cerca del triple de la permitida. El resto de los municipios con “semáforo rojo” del Instituto son Chivilcoy, Mercedes, Escobar, General Rodríguez, Cañuelas, Monte, Roque Pérez, Azul y Villarino, más cuatro del conurbano bonaerense: Almirante Brown, Vicente López, Ezeiza y San Vicente. 

A estos distritos se suman cerca de una veintena con “semáforo amarillo”, porque la concentración de arsénico no supera las 50 ppb pero sí las 10 ppb, que son el máximo permitido por las normas internacionales (la ley argentina, evidentemente, es bastante más laxa).

En esta situación están municipios como General Pueyrredón (Mar del Plata), Villa Gesell, Tres Arroyos, Olavarría, Salliqueló, Junín, San Pedro, Bolívar, Baradero, varios del conurbano y la capital provincial, La Plata, a pesar de que Aguas Bonaerenses SA (ABSA), la empresa que presta el servicio en la ciudad de las diagonales, afirma que está entregando agua segura, dentro de los parámetros legales.

Avance del CONICET

El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) acaba de anunciar que desarrolló un sistema novedoso para reducir la concentración de arsénico en el agua a través de la utilización de carbón vegetal al que se le ha aplicado un tratamiento químico y térmico.

A través de este sistema, se puede reducir más del 50% de la concentración, no sólo de arsénico, sino también de diversos nitratos, mejorando la calidad del agua.

El CONICET afirmó que subproductos resultantes de la economía circular, como hojas y ramas de poda, cáscaras de semillas de girasol y otros elementos considerados basura, pueden emplearse para producir el carbón que luego se utilizaría en el tratamiento del agua.

Fuente LaTecla.com

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