


Cuando ya no era tan chico y la radio era uno de los pocos medios que podía frecuentar, recuerdo que un tema que ocupaba la atención de muchos era la denominada “nueva ola”. Se trataba de un movimiento artístico, fundamentalmente relacionado a la música, liderado por jóvenes con pelo largo y vestimenta para esos tiempos extravagante.


Para los chicos y los no tan chicos, ahora la nueva ola define el regreso de la pandemia, con virus que mutaron y nos llegan en un momento que si bien cambiamos hábitos no nos encuentra en condiciones de resistir con la firme convicción de un año atrás.
Porque no todos dan muestra de cuidarse y con su actitud ponen en riesgo la seguridad de los demás. En cualquier lugar en donde se autoricen actividades públicas no se respetan los protocolos y los números que limitan a los asistentes a cualquier reunión, se superan sin que nadie pueda actuar y hacer cumplir lo que se había establecido.
Hay actividades comerciales o productivas que no pueden restringirse y las clases tienen que volver a ser presenciales, aunque en diferentes turnos, pero presenciales. No se puede tener más a los chicos encerrados.
Y a toda la experiencia que la pandemia nos dejó a un año de su llegada no la podemos utilizar porque, precisamente ese año transcurrido también nos mostró que muchas cosas que se hicieron ya no se podrán repetir. Primero porque no hay muchos dispuestos y segundo y fundamental, la situación económica, mes a mes se deteriora y el “remedio” de la emisión monetaria ya fue. La realidad es otra y hay que aceptarla. La gente no se puede aislar por tiempo indeterminado porque hay que salir a trabajar, tratando que lo que se consiga aunque sea alcance para remediar una crisis que aunque se la niegue, es de una gravedad que asusta.
Para colmo, nos repitieron hasta convencernos que la única manera efectiva de evitar el contagio era vacunándonos y cuando lograron que lo entendiéramos, se terminaron la vacunas.
Vale la pena reiterarlo, sobre una población estimada en once o doce mil habitantes, se han realizado 3125 aplicaciones, 2099 de la primera dosis y 1026 de la segunda. Queda mucha gente para vacunar, algunos en situación de riesgo y otros de edad avanzada, es decir de más de ochenta o noventa años.
En General La Madrid se inició la vacunación, en primer término a los trabajadores de la salud, el 8 de enero. Entre intervalos porque no venían mas dosis, cambios de lugar para los vacunatorios y otras improvisaciones varias, llegaron vacunando hasta el 18 de marzo, con dos nuevas tandas de la primera dosis el 19 de marzo (32 vacunados) y el 25 de marzo (14 dosis aplicadas) según datos oficiales del Ministerio de Salud.
En eso estamos, no sabemos nada. Quedamos librados a la suerte y a lo que resuelvan quienes tomaron a su cargo la “campaña de vacunación mas grande de la historia argentina” y sin dudas lograron un fracaso, también histórico.
He intentado obtener alguna respuesta de las autoridades correspondientes y todos me dicen no tener noticias, situación que comparten con los referentes que en la primera hora estaban expuestos a todas las consultas y se mostraban en el escenario que no les correspondía pero que igual ocupaban.
Esta nueva ola no es como la de antes y nos agarra prevenidos pero abandonados, hagamos votos para que no nos lleve a todos y hagamos lo único que nos queda, cuidémonos.

