Se fue un grande

Hoy x Hoy16/04/2021Pedro GuillardoyPedro Guillardoy

Cuando estaban llegando los años 80 y las comunicaciones no estaban aun desarrolladas como ahora, en General La Madrid veíamos televisión cuando las circunstancias climáticas lo permitían. Las antenas, colocadas a treinta metros de altura, o más, sobre un mecanismo giratorio, había que orientarlas y muchos acontecimientos esperados no se podían ver porque las condiciones no estaban dadas.

En medio de esas circunstancias, un grupo de vecinos de Coronel Suarez, Saavedra y General La Madrid, con apoyo de los respectivos municipios, organizaron una rifa de dos automóviles japoneses 0Km.  Con el resultado económico obtenido financiaron la instalación de una estación repetidora en un lugar de Sierra de la Ventana.

A partir de ese momento podíamos ver, perfectamente, los dos canales de TV de Bahía Blanca. Comenzamos a vincularnos con la ciudad sureña y conocer quiénes eran los deportistas destacados, las autoridades regionales y fundamentalmente los periodistas de esos dos medios.

Bahía se había convertido en la “Capital del Básquet”, eran tiempos de Atilio Fruet, Alberto Pedro Cabrera y José Ignacio De Lizaso, a quienes todos conocíamos como Lito, Beto y Polo y los encargados de transmitirnos los éxitos de estos tres, más Cortondo y Monachesi, eran Rubén “El Conde” Coleffi,   con los comentarios de Rafael Emilio Santiago. Telenueva, LU2 y La Nueva Provincia eran los medios que utilizaban y al que muchos recurríamos. Fundamentalmente para disfrutar del básquet de aquella ciudad.

Con el paso de los años Rafael Emilio Santiago adquirió una dimensión nacional, al lado de Víctor Hugo, sin dejar su lugar, y el nivel que tenía como observador, narrador y comentarista deportivo, fue testimoniado cuando el 6 de noviembre de 2019, el Honorable Senado de la Nación lo distinguió junto a otros colegas, por su trayectoria profesional. En esa oportunidad estuvieron  Fernando Niembro, Víctor Hugo Morales, Adrián Paenza, Walter Vargas, Enrique Macaya Márquez, Julio Ricardo y Mauro Viale. 

Retirado de la actividad hace varios años, todos los viernes tenía una cita con sus seguidores, los viernes en una columna que se difundía por  La Brújula 24 y para mi era una cita inevitable. Por eso un breve mensaje de un amigo, con quien compartíamos admiración por Santiago, me produjo una profunda tristeza, el miércoles,  se había ido un grande.

No hace mucho, desde esta misma columna, había dejado testimonio de mi admiración y respeto por quien honró la profesión de periodista, marcó un camino para quienes lo conocieron y fueron sus compañeros de tareas y ahora lamentan su partida.

De vez en cuando nace gente que eligen una profesión y le ponen tanta ética, tanta dignidad sin reparar que han alcanzado un nivel excepcional, que de pronto se tornan en personas admirables, sin dejar de ser ellos mismos, pese al lugar que ocupan. Uno de esos era Rafael Emilio Santiago, un grande, en serio. 

 

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