


Encuentran restos en Tres Arroyos que podrían ser de la “Masacre de Cascallares”, una matanza “silenciada” de trabajadores rurales
Regionales20/04/2022La reciente aparición de restos humanos en cercanías de una laguna ubicada a 10 kilómetros del pueblo de Micaela Cascallares, partido de Tres Arroyos, podría estar vinculada a la llamada “Masacre de Cascallares”, la represión a una revuelta de trabajadores golondrina ocurrida en 1919 que dejó una cifra nunca revelada de muertos.


El lugar donde aparecieron los restos perteneció al reconocido productor agropecuario Higinio Di Salvo. El comisario Marcos Navarro, subcoordinador de la Coordinación Tres Arroyos del CPR, se comunicó con el doctor Guillermo Torremare, quien investigó los hechos acontecidos en 1919 en la localidad. Además de comentarle sobre el hallazgo de los restos, en principio un cráneo con su mandíbula y los huesos de una cadera humana, le esbozó la hipótesis de que podrían pertenecer a un trabajador asesinado en aquel momento.
La Masacre de Cascallares una “matanza silenciada”
Entrevistado por LU 24, Torremare dio detalles de la “Masacre de Cascallares” y contó que “un gran conglomerado de trabajadores rurales, braceros como se los llamaba, llegaban por esos años para levantar las cosechas en la zona, la mayoría de ellos extranjeros -muchos de origen sirio libanés- y que iban trasladándose por distintos lugares en la medida en que la demanda laboral lo requería”.
A comienzos del siglo XX en los campos de la zona de Tres Arroyos vivía mucha gente, alrededor de once mil personas, según el censo de 1914. Un tercio del total de habitantes del partido trabajaban en las explotaciones agropecuarias.
“El año 1919 fue especialmente conflictivo por las malas condiciones imperantes para el trabajo rural, y los sindicatos que agrupaban a estos trabajadores llevaron adelante reclamos por mejor salario, alojamiento y comida. En ese marco fue que trascendieron algunas amenazas de quemar las cosechas, por lo que se dispuso un operativo muy importante de personal policial e incluso del Ejército. Por entonces, tanto el presidente (Hipólito Yrigoyen) como el gobernador de la Provincia (José Camilo Crotto), que eran radicales, como el intendente de Tres Arroyos, el conservador Domingo Echegoyen, coincidieron en la necesidad de llevar tranquilidad y evitar cualquier tipo de levantamiento”, señaló.
Fue entonces que se detuvo a un grupo de huelguistas, y el grueso de los trabajadores rurales fueron a Cascallares a reclamar por su libertad. En esas deliberaciones, que también incluían la búsqueda de acordar con los empleadores las mejoras en las condiciones de trabajo, se dio la represión, que consistió en la avanzada de la Policía y el Ejército sobre la asamblea obrera.
“Sobre el episodio hubo dos versiones: el periódico El Debate lo planteó como una emboscada y una represión injustificada a los trabajadores, y por esta razón sus autoridades fueron encarceladas; La Voz del Pueblo eligió la versión policial, que justificaba la avanzada, y habló de dos o tres muertos. Lo cierto es que más de 200 trabajadores fueron detenidos, se habló de una cantidad mayor de muertos y hubo muchos heridos que se dispersaron y no recibieron nunca atención, incluso sus cadáveres fueron descubiertos en cercanías de Micaela Cascallares en posteriores labores agrícolas. Y sobre el hecho hubo un gran manto de silencio”, advirtió Torremare.
En este sentido, el abogado consideró que “las características de esa represión feroz podrían justificar la aparición de estos restos humanos; esa zona está ubicada a unos 10 km del casco urbano de Cascallares, y es probable que algún trabajador haya muerto cuando intentaba huir de ese episodio, y el cuerpo quizá fue enterrado después artificial o naturalmente. Habrá que investigar ahora la antigüedad de esos restos, pero si tuvieran cien años, en principio podrían claramente pertenecer a este hecho conocido en su momento como ‘La Huelga de los Braceros’, una versión benigna de lo que en realidad fue una matanza”.
Mucho tiempo después, viejos colonos que sembraron en Cascallares contarían que durante años, cuando se engavillaron las cosechas, aparecieron muchos muertos en los rastrojos, tal vez heridos graves que se escondieron en los trigales y cayeron, faltos de toda asistencia médica. Obreros heridos que huyeron del desastre, espantados por la carnicería, o cadáveres llevados a ocultar. No hay una cifra establecida de víctimas, aunque un Doctor en Ciencias Humanas de la UNICEN consultado aventuró en el ámbito académico que la matanza sería de un número cercano al millar.
Tras ser anoticiado del hallazgo por la Policía, Torremare se comunicó con la Universidad Nacional del Centro, en cuya carrera de Antropología hubo, en su momento, interés en investigar la Masacre. “Me impresionó para bien, además, el interés demostrado por el comisario Navarro, que se comunicó conmigo, ya que tenía un claro concepto sobre lo que implicaron estas matanzas y la importancia de rescatar la memoria de estos hechos”, concluyó.
Fuente: lu24.com.ar

