


Lenta, pero en forma inexorable van pasando los días y solo queda la llegada de los Reyes Magos y cuando eso suceda habremos dejado atrás las celebraciones de esta época.


Las penurias del 2020 no se fueron y cuando estamos “volviendo a la normalidad” vemos que hay una continuidad en los males que nos afectan y en consecuencia no podemos bajar los brazos.
Mientras en los más altos niveles y con la irrefutable prueba de los rebrotes, hablan de volver a medidas extremas de cuidado, parecería que nosotros, digo la gente de La Madrid, no lo hemos advertido.
En una de las últimas apariciones públicas del Intendente Randazzo, antes de su aislamiento, lo vimos un tanto ofuscado por lo que advertía como un retroceso en el cuidado de sus convecinos.
Los números de todos los días no hacen nada más que crear mayor preocupación y si en algún parte disminuyen, muchas veces se debe a las posibilidades de los laboratorios de informar regularmente los resultados de los hisopados del pueblo.
Puede parecer redundante, pero recomendar cuidado es pedir que quienes no han tomado conciencia lo hagan, aunque más no sea, en resguardo de los demás si a ellos no les interesa el riesgo personal.
Los porcentuales de casos según las distintas edades, son una referencia, pero como el problema es de todos, la decisión tiene que ser colectiva, aunque los adolescentes y los jóvenes sean los más expuestos.
Estar presente en estas campañas de concientización es una obligación de los medios y de esa línea no queremos apartarnos, seguiremos mientras sea necesario.
La cuestión es cuidarse y esperar que algún día llegará la vacuna, ya anda cerca, aunque por ahora nadie se acuerda de nosotros.
Hasta mañana

