El Cura Párroco, Carlos Garciarena, pronunció unas breves pero sentidas palabras a quienes participaban del acto por el 42 aniversario de Malvinas. 
Esto fue lo que dijo:
“Nuestro sincero homenaje. Ante ustedes inclinamos la cabeza y les decimos gracias.
Muy cerquita, un poquito antes o después de la Semana Santa, miramos el Misterio de Dios y el 2 de abril miramos el Misterio del Hombre.
El hombre que en ciertas circunstancias y situaciones le pone el pecho a las balas. Literalmente dicho y expresado: le pone el pecho a las balas, y a eso es nuestra gratitud hoy. Aquellos que no me gusta decir “caídos”, no están caídos, han sido elevados a la gloria. Y son semillas de argentinidad en nuestro territorio austral insular.
Ellos han sembrado argentinidad y algún día, sin dudas, no sé si pronto o no, pero esas semillas de argentinidad, de los 649 hombres, cuyos cuerpos están allí, se convertirán en argentinidad. En la argentinidad en serio.
Y como hay algo en común, entre Semana Santa y el 2 de abril. Es el misterio de Dios y del hombre. El hombre llamado al heroísmo, a dar la vida. A dar la vida no por el interés propio o por las cositas propias, no.
El todo siempre es mayor que la parte. Lo nuestro es la parte, la Patria, por ejemplo es el todo.
Uno mira a Jesús en la cruz, dando la vida y uno mira la cara de estos hombres que hoy nos acompañan y uno dice aquí está el misterio más profundo. El misterio de Dios y el misterio del hombre: dar la vida.
Yo me imagino la Patria como un campo. Como un campo de tantos que nos rodean, que están acá. Campos con tierra negra, donde se te da el trigo, se te da la cebada, se te da el girasol, se te da el maíz y como si fuera poco, soja de primera y soja de segunda.
La tierra buena, la semilla está ¿Qué falta? La lluvia, por eso la seca nos asusta tanto en el campo y ¿Cómo se llama la lluvia? Esfuerzo, esfuerzo de todos los días. Se va sembrando argentinidad con el esfuerzo de todos los días.
Las cosas no son fáciles, la vida no es fácil y cometemos un gran error si a los chicos le vamos metiendo en la cabeza, de una manera u otra, que la vida es una diversión.
La vida es difícil, todo lo difícil requiere esfuerzo y a veces… y es lo que homenajeamos hoy, a veces, el esfuerzo se convierte en heroísmo.
Aquellos hombres que no volvieron físicamente de Malvinas y estos hombres que nos acompañan hoy, son héroes.
Por ellos rezamos para que Dios los bendiga y para que nosotros seamos, de alguna manera, merecedores y y acogedores de tantos sacrificio heroico, con nuestro esfuerzo cotidiano.
Se lo pedimos a Dios y al mismo tiempo, al mismo Dios, pedimos que bendiga las almas de aquellos que físicamente no están, 649 hombres, que bendiga la vida, las familias, los anhelos, la paz y la conciencia de estos hombres que si están. Padre nuestro…”
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