


La carrera deportiva de Lola Fernandez, pese a ser relativamente corta, registra puntos muy altos, para alguien que compite en forma amateur, en un deporte que requiere condiciones especiales de equipamiento y fundamentalmente de escenario para poder desarrollarse y que, lamentablemente, es algo que no tenemos en esta ciudad.


El lugar del podio que finalmente ocupó en este Panamericano de Cancún, si bien la coloca en lo más alto del patinaje artístico de América de su categoría, no deja de ser anecdótico, porque el triunfo ya lo había conseguido al estar habilitada para un certamen de tanta trascendencia.
En reiteradas oportunidades, cuando Lola ha venido a visitarnos, hemos dialogado sobre su preparación, en la que sobresale la disciplina y el apego a todo lo que ello requiere y que insume muchas horas de todos los días.
Dice Bernárdez en su célebre soneto: “…Porque después de todo he comprendido/ Que lo que el árbol tiene de florido/ Vive de lo que tiene sepultado”. En su responsabilidad y la contracción a la rutina de todos los días, durante tanto tiempo, creemos reside el valor de esta medalla, que hace visible tanto esfuerzo de ella y quienes la acompañan.
Eso es lo que admiramos y nos pone orgullosos de Lola, a quienes hacemos AhoraLM.

